Elegir la mejor luz para estudiar o leer es de suma importancia para garantizar la concentración, así como evitar el cansancio visual que una iluminación equivocada podría provocar.
La luz natural, proveniente del sol, es la más conveniente para acompañarte en tus horas de estudio o de lectura, cuando tengas que fijar la vista por prolongados períodos de tiempo sobre el papel. La luz solar favorece la relajación visual y mantiene unas tonalidades naturales en los colores, por lo que nos mantendrá activos y no nos provocará cansancio mientras leemos o estudiamos.
¿Qué luz es mejor para estudiar cuando no hay luz solar?
En los períodos invernales, cuando los días son cortos y la luz solar escasea, así como cuando tenemos que estudiar o leer por la noche, cobra relevancia dotar al espacio de estudio de una iluminación adecuada a través de iluminación de interior.
En términos generales, para garantizar que la luz que nos rodea cuando estamos leyendo ayude a que nos concentremos y evite la fatiga, deberá cumplir ciertos requisitos:
- La luz para estudiar deberá ser una luz homogénea, que ilumine el área más amplia posible sin cambios bruscos de intensidad, sobre todo en la zona en la que estamos realizando la actividad.
- Debe ser una luz cenital, es decir, que ilumine desde la parte superior, lo más vertical posible, para evitar la creación de sombras o reflejos indeseados sobre la superficie.
Para lograr un ambiente correctamente iluminado y que maximice la productividad, es aconsejable dotar al espacio de estudio, lectura o trabajo de distintas iluminaciones, diferenciadas por zonas. Por lo general para habitaciones pequeñas se recomienda establecer una luz ambiental y otra específica dirigida a la lectura, por medio de una lámpara o flexo LED.
Las lámparas de sobremesa infantiles Dalber son una opción perfecta para iluminar la zona de estudio de los niños con una luz ambiental que acompañe a la luz dirigida específica.
Otra opción perfecta para iluminar sin sombras toda la habitación infantil son nuestros plafones infantiles de 3 luces. Van directamente instalados en el techo y ofrecen una óptima potencia lumínica para iluminar adecuadamente la habitación.
¿Qué luz es mejor para leer: fría o cálida?
Otra de las grandes preguntas a la hora de decidir la iluminación que debe tener una habitación para estudiar o leer en ella es el tono de la luz: ¿es mejor utilizar una luz de tonos fríos o cálidos?
La luz cálida es más próxima a tonos rojos o amarillos, y es la indicada para generar ambientes relajados y no tanto para propiciar un clima de lectura o abocado a la productividad.
La luz fría, que proporciona tonos azulados o blancos, tiene una potencia que oscila entre 4.000k y 5.000k, y es más próxima a la luz solar o natural. Por ello, la luz fría es más conveniente estudiar o leer, ya que produce un mayor bienestar corporal. Esto es igualmente aplicable para cuando realicemos cualquier otra actividad que requiera atención y concentración. La luz fría favorecerá el descanso de nuestros ojos mientras nos mantenemos en activo, evitando que realicen un sobre esfuerzo.
Por otra parte, si leemos o estudiamos durante la última parte del día y de cara a la noche debemos tener en cuenta que un efecto secundario de la luz fría es la activación del cerebro. Este está acostumbrado a recibir progresivamente menos luz conforme se aproxima el final del día. Estimular al cerebro con luz blanca durante la noche podría afectar a la facilidad para conciliar el sueño. Por lo tanto, la luz más conveniente para estudiar por la noche sería una luz tendente a cálida.
La influencia directa de los distintos tipos de luz sobre la capacidad humana para concentrarse en la realización de una tarea ha sido probada y medida con diversos estudios y experimentos científicos. En 2016, un grupo de científicos del Instituto de Ciencia y Tecnología de corea del Sur experimentó con dos aulas de alumnos que realizaban el mismo examen, iluminando con distintas luces las distintas zonas de las aulas.
Para ello emplearon luces cálidas (de tonos amarillos, de 3.500K), luces neutras (5.000k) y luces frías (de 6.500K). Los alumnos que mejor resultado obtuvieron y que además se mostraron más concentrados fueron los que habían recibido la luz fría durante la realización de la prueba. Por contra, los alumnos que recibieron iluminación de tono cálido se mostraron más inclinados hacia el ocio y la falta de concentración durante ese tiempo.
¿Qué es el Índice de Reproducción Cromático (CRI) y cómo afecta a la lectura?
El Índice de Reproducción Cromático es una forma de medir cómo de fielmente es capaz una luz de presentarnos los colores que nos rodean, en relación a los colores reales. Para ello, se entiende como color “real” a cómo nos presenta los colores la luz solar.
Para expresarlo numéricamente se establece una escala de 0 a 100, siendo la parte más alta de la escala la más fiel a los colores auténticos o reales.
Las bombillas LED que recomendamos para las lámparas infantiles Dalber, y que puedes encontrar en nuestra tienda online, ofrecen un CRI de entre 80-90, un nivel alto si tomamos como referente los hasta hace poco habituales tubos fluorescentes, que proporcionan un CRI de entre 50-70 pudiendo desvirtuar los colores.
Otros factores que hacen especialmente recomendable la luz LED para estudiar es que no emite ningún tipo de ruido, el calor que emite es prácticamente nulo, y además tiene una larguísima vida útil. Todas las lámparas infantiles Dalber utilizan bombillas LED, de distintas intensidades según la lámpara, perfectas para utilizar con ellas.
¿Cuantos lumens son necesarios para poder estudiar correctamente?
Para conseguir una iluminación correcta y suficiente para estudiar o leer es recomendada una potencia lumínica de entre 450 y 550 lumens, considerado el rango óptimo de luminosidad para este tipo de actividades.
En nuestra guía de iluminación Dalber tienes más información que puedes utilizar para la correcta elección de la iluminación para tu casa.