Compartir habitación puede ser todo un reto para los niños, especialmente cuando tienen gustos distintos o edades diferentes.
Además de la distribución de muebles, la decoración y el orden, la iluminación infantil juega un papel clave para crear un espacio cómodo, funcional y armonioso.
Una buena planificación de la luz permite que cada niño tenga su propio espacio personalizado, mientras se mantiene un ambiente agradable y seguro en toda la habitación.
En el blog de este mes te damos algunos consejos para que la habitación, aunque compartida, quede perfecta.
Distribuir la luz según las necesidades de cada zona
Lo primero es pensar en la habitación como un conjunto de zonas diferenciadas.
Cada hermano puede necesitar luz adaptada a sus actividades: lectura, estudio, juego o descanso.
Para esto, lo ideal es combinar lámparas infantiles de techo, apliques y lámparas de sobremesa de forma estratégica.
Las lámparas de techo proporcionan luz general y uniforme, iluminando toda la habitación de manera cómoda.


Es importante que no sean demasiado intensas ni directas, especialmente en habitaciones infantiles, para evitar deslumbramientos.
Por su parte, los apliques o lámparas de pared permiten delimitar áreas individuales, aportando luz localizada para tareas concretas sin interferir en la zona del otro hermano.
Finalmente, las lámparas de sobremesa o flexos pueden ofrecer luz puntual para la lectura o actividades creativas, haciendo que cada niño tenga control sobre su propio espacio.
Personalizar con motivos y estilos distintos
En habitaciones compartidas, una de las claves es respetar la personalidad de cada niño.
Una manera divertida y práctica de conseguirlo es mediante lámparas infantiles con motivos diferentes.
Por ejemplo, un niño puede tener una lámpara con temática de animales y el otro con motivos espaciales o deportivos.


Este detalle no solo añade carácter a la habitación, sino que ayuda a los niños a sentirse identificados con su propio espacio, fomentando la autonomía y el sentido de pertenencia.
Además, se pueden combinar lámparas de colores distintos o regulables, de manera que cada zona tenga la atmósfera que mejor se adapte al niño.
Incluso dentro de un mismo estilo de lámpara, elegir colores distintos para cada cama o escritorio puede marcar la diferencia y mantener la armonía visual de la habitación.
Incorporar luz nocturna individual
Otro elemento importante en habitaciones compartidas es la luz nocturna.
No todos los niños se duermen a la misma hora ni necesitan la misma intensidad de luz durante la noche.
Contar con luces nocturnas individuales permite que cada niño tenga un ambiente seguro y relajante sin molestar al otro.


Estas luces pueden colocarse cerca de la cama o integrarse en apliques de pared, proporcionando un brillo suave que ayude a conciliar el sueño y a moverse por la habitación sin riesgos.
Crear zonas comunes con luz general
Aunque es fundamental personalizar los espacios, también hay que mantener una iluminación uniforme en las zonas compartidas.
Por ejemplo, áreas de juego o pasillos entre las camas necesitan luz suficiente para moverse y jugar con seguridad.
Aquí las lámparas de techo o colgantes con luz difusa son ideales, ya que iluminan de forma equilibrada todo el espacio sin crear sombras incómodas.


También se pueden añadir luces regulables para adaptar la intensidad según el momento del día o la actividad que se realice.
Consejos prácticos para combinar lámparas infantiles en habitaciones compartidas
- Elegir lámparas seguras y resistentes, especialmente si los niños son pequeños.
- Distribuir la luz de manera equilibrada, evitando zonas oscuras o con exceso de luz.
- Involucrar a los niños en la elección de motivos o colores de sus lámparas infantiles, fomentando su participación en la decoración infantil.
- Combinar lámparas de techo, apliques y sobremesa para cubrir todas las necesidades: luz general, puntual y nocturna.
La iluminación infantil en habitaciones compartidas por hermanos no solo cumple una función práctica, sino que también influye en el bienestar y la sensación de autonomía de cada niño.


Personalizar cada espacio mediante lámparas con motivos distintos, distribuir adecuadamente los puntos de luz y combinar luz general y nocturna permite crear un entorno funcional, seguro y agradable.
Con un poco de planificación, es posible que cada hermano tenga su propio espacio único dentro de una habitación compartida, haciendo que convivir sea más cómodo y divertido.
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